La violencia educativa, el "estado de emergencia perpetua"
Resumen
Desde una postura crítica, cómo puede definirse a quien trata de analizar la forma y el contenido de los diversos procesos como el educativo, que sociológicamente pueden o al menos debieran ser analizados como sabiamente planteó Jacques Ellul. La racionalidad capitalista, que se encuentra en una fase donde la rentabilidad, la acumulación y la concentración de la riqueza generan una profunda y casi insalvable desigualdad nunca vista entre las clases sociales de todo el orbe, se manifiesta en aquellos órdenes que la modernidad y los Estados nacionales forjaron desde los siglos XVIII y XIX. Como nunca antes, es notorio, cuantificable y calificable, el sentido que adquiere un sistema económico mundial asentado en una racionalidad instrumental plena, apoyada en la ciencia y la tecnología lo que incorpora activamente a los sistemas educativos a impulsar ese mundo pleno de desigualdad del que no escapa ninguna sociedad y, menos aún, las eufemísticamente llamadas en vías de desarrollo que, justo es demostrar ya, que el verlas así pertenece a un discurso que está agotado o, al menos, lo hace rápidamente. Asistimos al intento de hacer prevalecer, por parte de las persistentes clases sociales dominantes, un modelo de desarrollo que muestra a partir de múltiples señales y desde hace varias décadas, su agotamiento.